martes, 28 de junio de 2016

El arriero iracundo


En la ciudad de Esmirna vivió en otro tiempo un hombre llamado Yusuf, que sentía gran debilidad por los placeres de la buena mesa, es decir, por comer mucho y bien.
En cierta ocasión adquirió en el mercado seis pichones bien rellenitos y se los llevó a su casa, donde, como era muy habilidoso para estos menesteres, los degolló y desplumó, limpiándolos interiormente y lavándolos siete veces, como se debe hacer en estos casos. A continuación preparó una masa con cuatro huevos duros, perejil, ajos, pimienta, azafrán, pasas, algo de sal y media tacita de agua. Introdujo esta masa en el interior de los pichones, los ató por parejas y los colocó en una olla cubierta con un papel.
- ¡Qué buen aspecto tienen! - comentó muy satisfecho, mientras se encaminaba con ellos al horno público, donde, según la costumbre de aquellos tiempos, le cocerían sus pichones. - Regresaré a buscarlos dentro de hora y media - dijo al hornero, haciéndole entrega de la olla, alejándose después relamiéndose al pensar en el suculento banquete que le aguardaba.
Poco después acertó a pasar ante el horno el cadí Aliamán, y al advertir el delicioso aroma que de él salía, ordenó a su criado:
- Dile al hornero que te entregue al punto lo que está cociendo. Si se resiste, dile que se lo manda el cadí Aliamán.
Hízolo así el criado, habló con el hornero y éste le replicó:
- ¡Eso es imposible! La olla con los pichones pertenece a un buen cliente mío. No puedo disponer de ella.
- ¿Cómo te atreves a decir eso? - exclamó el criado - . ¿Vas a negar que esos pichones son del cadí Aliamán? Mis propios ojos los vieron salir del huevo en los corrales de mi señor, y después yo los degollé, los desplumé, los rellené y los traje aquí.
- ¡Alá es testigo de que te creo! Sin embargo, la olla sigue siendo de ese cliente mío.
El criado transmitió esta respuesta al cadí, y entonces éste se llegó hasta el hornero y le dijo sonriendo:
- ¿Qué te impide entregarme la olla?
- ¿Qué explicación daría a su dueño?- preguntó el hornero.
- Te limitas a decirle...¿Traición, amigo mío! Cuando ponía la olla en el horno, los pichones salieron volando, cogieron la olla y la arrojaron al suelo, destrozándola.
- ¿Y si no me cree y me lleva a los tribunales?
- Yo soy el tribunal de esta ciudad. Si viene a mí, ya sabré yo contestarle.
El hornero no quedó muy conforme con aquella explicación, pero temía al cadí y le entregó la olla y los pichones.
Poco después llegaba Yusuf, relamiéndose.
- ¡Están ya listos mis pichoncitos, maestro?- preguntó.
- ¡Traición, amigo mío!- exclamó el hornero, con grandes aspavientos-. Al colocar la olla en el fuego, los pichones salieron volando, cogieron la olla y la hicieron añicos contra el suelo.
- ¡Eres un redomado mentiroso! - estalló Yusuf-. ¡Te llevaré a presencia del cadí para que te dé su merecido!
- ¡Yo he de llevarte a ti, por insultarme!
Y los dos hombres salieron a la calle discutiendo acaloradamente y casi pegándose, encaminándose a la casa del cadí Aliamán.
Durante su agitado recorrido se toparon con una lamentable escena: el burro de un arriero, cargado de yeso, estaba caído en el suelo, y el apurado hombre se dirigió al hornero y le suplicó humildemente:
- ¿Te importaría, ayudarme a levantar mi burro?
El hornero suspendió por un momento su airada discusión con Yusuf y se prestó a levantar el burro del arriero, pero llevaba tal excitación dentro de su cuerpo que no se le ocurrió otra cosa que tomar al animal por su cola y tirar de ella como un desesperado... hasta quedarse con el apéndice en la mano.
- ¡So bruto! - gritó el pobre arriero-. ¡Me has arruinado para siempre! ¿Cómo ganaré ahora el pan sin mi burro?
- ¿Qué podía yo hacer con un burro tan viejo que se rompía por todas partes! exclamó el hornero-. Mi intención era buena.
En ese momento apareció un nieto del arriero esgrimiendo un respetable palo y gritó muy enfurecido:
- ¡Voy a abrirle la cabeza al hornero, al padre del hornero y a su abuelo!
Comprendiendo que su turbante peligraba, el hornero salió corriendo a una velocidad envidiable, salvó una tapia con agilidad de mono, saltó a una terraza y finalmente se dejó caer al suelo... con tan mala fortuna que lo hizo sobre un anciano que dormía tranquilamente envuelto en una manta, aplastándolo y dejándole sin vida, pues el hornero era muy gordo.
Cuando los parientes del anciano vieron aquel estropicio, salieron como fieras y apalearon al hornero, arrastrándole después hacia casa del cadí. El infortunado prisionero suspiró tranquilizado cuando llegaron a ella, pues tanta era la furia de los parientes que temió le destrozasen durante el camino.
Y allí permanecieron, esperando a que saliera el cadí, armando un gran alboroto. Deseando conocer su causa, un judío que pasaba por el lugar se acercó al grupo, y como el hornero seguía manoteando alocadamente, defendiéndose de los palos que le caían encima, tuvo el desacierto de meter un dedo por un ojo del judío, vaciándoselo.
El nuevo accidente originó un segundo altercado, librándose el hornero de un linchamiento por la oportuna aparición del cadí, quien en seguida comenzó su tarea de administrar justicia.
- ¿De qué acusas a este hornero? - le preguntó a Yusuf
- Escuchad, señor: he preparado seis pichones, los he colocado en una olla y se la he llevado a este hombre, pero, al ir a recogerla, me niega que se la haya entregado.
- ¿Cuál es tu versión del asunto? - preguntó el cadí.
- Señor, cuando he llevado la olla al fuego, los pichones han salido volando, han cogido el recipiente y lo han estrellado contra el suelo.
- ¡Mentiroso! - gritó Yusuf _. ¿Te atreves a repetirlo delante del cadí?
Aliamán le miró airadamente y le dijo fingiendo enojo:
- ¡Ah, impío! ¿Cómo te atreves a suponer que el Dios de los cielos, que al final de los tiempos hará que resuciten todas las criaturas, carece de poder para devolver la vida a unos miserables pichoncillos con sus huesos completos y a falta solamente de sus plumas?
Lleno de confusión, Yusuf se retiró cabizbajo.
Al ser invitado el arriero a hablar, dijo:
- Señor, habiéndoseme caído el burro en la calle, este hombre se ha acercado a ayudarme a levantarlo, mas lo ha hecho con tanta brutalidad, que ha dejado a mi animal sin rabo.
Y el cadí Aliamán dictó sentencia de esta forma:
- Entrega tu burro al hornero, el cual lo alimentará y usará hasta que le crezca la cola, y cuando esto suceda, que te lo devuelva inmediatamente.
- Retiro la acusación, señor - exclamó apuradamente el arriero -. La retiro en este mismo momento.
Cuando se retiró, se adelantaron los parientes del anciano aplastado por el hornero, llevando el cuerpo de la víctima, que mostraron al cadí.
- ¡Exigimos la sangre de este hombre! - gritaron.
- Vuestra petición de sangre es bien justa - les contestó el cadí -, En consecuencia, apoderaros del hornero, envolvedlo en la manta de vuestro anciano muerto, depositadlo al pie del alto minarete de la mezquita, y que uno de vosotros suba a él y salte y caiga sobre el hornero, para que éste muera aplastado del mismo modo que mató a vuestro pariente.
- Retiramos la acusación - se apresuraron a decir aquellos hombres, saliendo en silencio.
Luego le tocó el turno al judío tuerto:
- Señor, yo estaba contemplando la discusión del hornero con sus contrincantes, cuando aquél me vació un ojo.
- Esta es mi sentencia - dijo el cadí - . Como tú sabes, un musulmán vale por dos judíos; de modo que si dejas que te saque el otro ojo, ganarás el derecho a sacarles uno a él.
- Retiro la acusación - se apresuró a decir el judío, marchándose.
Cuando la gente vió que los juicios habían concluido, se retiró y el cadí y el hornero quedaron solos.
- A pesar de que los pichones estaban muy sabrosos - dijo el cadí - , no creo que valieran tanto como el trabajo que me has traído con tanto querellante. Pero he cumplido mi palabra y te he salvado de todos ellos. ¡Que Alá te guarde!
Mientras tanto, Yusuf pensaba:
- El cadí se ha burlado de mí, y ahora me toca burlarme de él.
Adquirió en el mercado un precioso carnero, y en su casa lo alimentó a cuerpo de rey hasta el día de la fiesta grande. Poco antes de esta fiesta, dijo a un comerciante:
- Tengo en venta un carnero como nunca se ha visto. Ven a mi casa y lo comprobarás.
El comerciante le acompañó, vió el carnero y ajustaron el precio en veinte monedas. Pero cuando se lo iba a llevar, Yusuf le dijo:
- ¿ No comprendes que sería para ti una molestia llevártelo y cuidarlo hasta la Pascua? Yo me encargaré de alimentarlo hasta ese día, pues nada me cuesta.
El comerciante accedió encantado, y Yusuf realizó la misma operación con diez personas más, cada una de las cuales le pagó veinte monedas y le dejaron a su cuidado el carnero.
La víspera de la gran fiesta de la Pascua, Yusuf tomó su carnero y se lo mostró al cadí Aliamán, quien palpó su redondo lomo y exclamó:
- ¡Es un carnero de primera clase!
- Te confesaré que lo he vendido diez veces. Dime la palabra que haga que los querellantes no reciban el carnero ni su dinero, y el animal será tuyo.
- Convenido - dijo el cadí -. Escucha: cuando vayan a tu casa a protestar, les contestas <>; y cuando te presenten ante mí, también me dices <>. No pronuncies más que <>, <>.
Efectivamente, el día de la Pascua, Yusuf se sentó a la puerta de su casa y esperó a los dueños del carnero. Al primero que se presentó a reclamárselo le dijo simplemente: <>. El otro, irritado, le amenazó, pero Yusuf sólo dijo: <>.
Fueron llegando los demás dueños del carnero, a todos los cuales Yusuf fué contestando: <>, <>.
Casi enloquecidos por su furor, le llevaron a presencia del cadí, explicándole el caso y la absurda respuesta que infaliblemente obtenían del embaucador: <>.
Entonces el cadí se volvió a Yusuf y le preguntó severamente:
- ¿Dónde guardas el carnero?
- <> - respondió nuestro hombre.
- ¿Osas burlarte? ¡Habla, si no quieres que te deslome a palos!
- ¡<>! - se limitó a contestar nuevamente Yusuf.
Por más que insistió el cadí Aliamán, no consiguió otra respuesta del dueño del carnero, así que dijo a los querellantes:
- No hay duda de que este sujeto ha perdido el juicio, y ninguno en sus condiciones posee facultad legal para vender ni para comprar. Idos, pues, sin rencor... y felices Pascuas.
Al quedar solos, el cadí dijo a Yusuf:
- Te he salvado de sus iras y nada debes temer. ¿Dónde guardas el carnero?
- ¡<>! - contestó Yusuf, y Aliamán no pudo sacarle otra palabra, no obstante apelar a su paciencia y a su poder. Cuando Yusuf entendió que era llegada la hora, le dijo:
- En cierta ocasión te comiste mis pichones, que estaban deliciosos, ¿verdad? Te burlaste de mí, y ahora me tomo el desquite. Me voy a casa a darme un banquete con mi carnero, y esta vez no probarás nada. ¡Felices Pascuas!
Y, muy satisfecho de su talento, Yusuf salió tranquilamente, dejando al cadí Aliamán rumiando el hábil engaño de que había sido objeto.




Disfrutar de vuestras lecturas.









sábado, 25 de junio de 2016

Mis cuentos de hadas

Quiero comenzar la nueva sección con este libro de cuentos, en el se recogen dieciséis relatos, que iré subiendo buenamente pueda, les recuerdo a muchos que yo esto lo hago por diversión y porque me gusta, si fuera una obligación hace tiempo que este blog no existiría.



El titulo: Mis cuentos de hadas.
Editorial:Vasco Americana
paginas: 62
número de cuentos: 16
Precio: No recuerdo ^^U
Año: 1966



El el tomo número 15 de una colección de 20 volumenes.



Tiene un indice, con cada uno de los futuros cuentos que en breve iré subiendo.


Aquí se puede apreciar, el resto de volúmenes de la colección y que cuentos lleva cada uno.


Tanto la portada, como la contraportada, puede que las haya dibujado A.Ibarra, no se si los dibujos del interior serán también suyos, ya que no he encontrado nada donde indique algo del dibujante. Si alguien sabe algo, se agradecería la información, para ampliar esta pequeña ficha técnica.

En la siguiente entrada, espero ya tener uno de los cuentos para vosotros y sobretodo que os guste, un saludo y ya sabéis, disfrutar con vuestras lecturas.




viernes, 24 de junio de 2016

Cuentos, nueva sección

Desde hace bastantes años, busco entre los mercadillos y casas de segunda mano, esos cuentos perdidos de los cuales nuestros abuelos eran tan conocedores y de los cuales ahora ya nadie se acuerda, no hablo de los típicos, y ya sobados cuentos, que no hace falta ni leer, por que la gran pantalla a hecho se adaptación, sino de los olvidados, tan olvidados que si los comenzamos a contar la gran mayoría desconoce.

Por eso y porque soy una gran fan de estos cuentos olvidados he decidido compartirlos, poco a poco cogeré cada pequeño libro y pondré sus cuentos en este blog, para que no se pierdan, ni se olviden, puede que con un poco de suerte hasta comience a resurgir el contar esos cuentos tan olvidados y que tanto enseñaban en antaño.


Son libros antiguos, de los que primero haré la presentación del libro y después en otras entradas ire poniendo los cuentos.

Pues con mucha ilusión y ante todo muchas ganas, comienzo este nuevo reto.

Disfrutar de las futuras lecturas

miércoles, 15 de junio de 2016

Rechazos editoriales que siguen sorprendiendo.

Hace unos días me encontré con este articulo, me parece interesante, es de la manera mas sencilla de decir lo que le gusta a uno no tiene porque gustarle a los demás, y hasta en los libros sobre todo a la hora de publicar, podemos encontrar grandes criticas.

15 Famosos rechazos editoriales a grandes escritores

Los grandes autores y las grandes obras de la literatura universal no siempre han tenido un camino fácil. Presentamos aquí 15 Famosos rechazos editoriales a grandes escritores que reflejan el valor y la determinación que han tenido los maestros de la literatura para no renunciar a su arte.


1. La editorial Losada rechazó la novela "La hojarasca" del escritor colombiano Gabriel García Márquez (Premio Nobel de Literatura 1982). En la nota de rechazo se le recomendaba al escritor dedicarse a cualquier otro oficio diferente a escribir. 

2. La novela "Rebelión en la granja" de George Orwell, fue rechaza por varias editoriales. Una de estas escribió al autor: "Es imposible vender historias de animales en los Estados Unidos". Este libro es considerado actualmente una obra maestra de la literatura universal.

3. El escritor chileno Roberto Bolaño sufrió de innumerables rechazos editoriales desde 1971. Novelas como "Estrella distante" y "La literatura nazi en América" tuvieron que esperar. El autor sumó casi 25 años para ganarse el interés de las editoriales que antes no lo publicaban porque era un total desconocido.

4. La escritora británica Agatha Christie vio sus manuscritos rechazados por más de 4 años. Hoy en día sus libros han vendido centenares de millones de copias en decenas de idiomas. Solo Shakespeare ha vendido más libros.

5. La novela del escritor argentino Ernesto Sábato "El túnel" fue rechazada por todos los editores de Buenos Aires. Solo tras aparecer el la Revista Sur y llegar a las manos del escritor Albert Camus, quien la elogio, la novela obtuvo su merecido éxito.

6. La novela "Lolita" de Vladimir Nabokov, fue rechaza por casi una decena de editoriales que veían poco viable su venta tanto por lo obscena de la novela como por la polémica que podría afectar a las propias editoriales.

7. 12 Editoriales rechazaron el manuscrito de la primera parte de "Harry Potter" de J.K. Rowling. ¿Quién quiere leer historias de brujas? Le dijeron. Hoy en día se estima que la saga de Harry Potter ha vendido más de 400 millones de libros mundialmente.

8. El manuscrito de el "Diario de Ana Frank" fue rechazado 15 veces. Una editorial escribió: "Esta chica no parece tener una percepción o sentimiento en especial que pudiera producir interes en el libro". El libro ha vendido más de 25 millones de copias.

9. La novela "El señor de las moscas" de William Golding fue rechaza por 20 editores antes de ser publicada. En 1983 Golding recibió el Premio Nobel de Literatura en el que la mencionada novela fue definitiva para que le entregaran el galardón. 

10. El libro de cuentos "Dublineses" del escritor irlandés James Joyce fue rechazado por 22 editoriales. El autor es reconocido hoy en día como uno de los mayores escritores del siglo XX.

11. La novela "Dune" de Frank Herbert fue rechazada por 23 editoriales antes de ser publicada y convertirse en uno de los grandes clásicos de la literatura de Ciencia Ficción.

12. La novela "Carrie" de Stephen King sufrió de algo más de 30 rechazos. Una editorial le escribió al auto: "No estamos interesados en ciencia ficción que trate sobre utopías negativas. No venden."

13. "Lo que el viento se llevó", novela de la escritora estadounidense Margaret Mitchell, sufrió 38 rechazos de editores. Posteriormente el libro se convertiría en un best-seller y sería adaptado exitosamente al cine en 1939 convirtiéndose en un clásico literario y del cine.

14. El libro "Juan Salvador Gaviota" de Richard Bach fue rechazado por más de 40 editoriales antes de ser publicado. A pocos años de su publicación había vendido varios millones de copias.

15. C.S. Lewis, autor de las "Crónicas de Narnia" sumó más de 800 rechazos antes de ver publicado alguno de sus trabajos. Sus libros han vendido más de 100 millones de copias en el mundo.