jueves, 4 de junio de 2015

III Premio de novela romántica KIWI-RA

Si sois de escribir novelas románticas este es vuestro concurso.

Logo Kiwi-Ra

Bases


Primera

Podrán optar al III Premio de Novela Romántica Kiwi RA las novelas románticas escritas originariamente en lengua española, con una extensión mínima de 175 páginas de tamaño DIN A4, escritas a doble espacio con tipografía Times New Roman de cuerpo 12 (aproximadamente 275.000 caracteres con espacios). Las novelas románticas estarán dirigidas a lectores adultos y podrán pertenecer a cualquiera de los subgéneros que existen: fantasía romántica, romántica paranormal, romántica erótica, chick lit, comedia romántica o novela sentimental entre otros.

Segunda

Podrán optar a este Premio autores de cualquier nacionalidad y sexo, siempre que sean mayores de edad y que su obra esté escrita en español.

Tercera

Este certamen está abierto tanto a autores noveles como a autores ya publicados.

Cuarta

Se admitirá un solo manuscrito por autor.

Quinta

Al optar a dicho Premio, el concursante garantizará que se trata de una obra inédita (es decir, que no ha sido publicada en ningún formato, incluido el digital en todas sus posibilidades, considerándose publicado el estar o haber estado disponible a través de internet), que su autoría le corresponde en exclusiva y que no es copia o modificación de ninguna otra, así como que la misma no se encuentra participando ningún otro premio ni ha contraído compromiso alguno con un tercero sobre los derechos de dicha obra. Deberá estar registrado en el Registro de la Propiedad Intelectual.

Sexta

El jurado del Premio estará compuesto por profesionales especializados en literatura romántica: Merche Diolch, Nur Casas, María Cabal y Teresa Rodríguez. El fallo, inapelable, se hará público a través de las páginas web edicioneskiwi.com y yoleora.com el 20 de diciembre de 2015.

Séptima

El Premio no podrá ser repartido entre dos novelas y podrá ser declarado desierto.

Octava

Las obras deberán ser enviadas en archivo de texto (Word, doc, txt…) por correo electrónico a la dirección: premio@edicioneskiwi.com , acompañadas de un PDF separado en el que el autor manifieste que acepta todas y cada una de las cláusulas de las presentes bases e incluya sus datos personales, número de documento de identidad, dirección postal y teléfono de contacto, así como una breve reseña biográfica y una sinopsis de la obra presentada.

Novena

Los participantes podrán usar seudónimo, siempre y cuando en la presentación consten los datos reales y no se envíe más de un manuscrito por autor.

Décima

La cuantía del Premio será de 1500€, suma que será considerada como anticipo por la cesión en exclusiva de todos los derechos de edición a EDICIONES KIWI S.L. y conllevará la edición y publicación de la obra premiada por parte de dicha editorial en su sello romántico. La obra finalista será publicada bajo el sello digital de Ediciones Kiwi.

Undécima

El ganador se compromete a suscribir con Ediciones Kiwi el contrato de cesión que se le presente al efecto para dicha obra. Ediciones Kiwi publicará la obra en la fecha que considere conveniente y, a más tardar, en el plazo de un año a partir de la fecha de publicación del fallo mencionado en la cláusula sexta.

Duodécima

El plazo de entrega de originales comenzará el 3 de junio de 2015 y finalizará el 30 de septiembre de 2015.

Decimotercera

La presentación al Premio supone la aceptación íntegra e incondicional de estas bases por parte del concursante, así como la imposibilidad de retirada de cualquier obra que haya sido presentada en debida forma antes de que se haga público el fallo.

Decimocuarta

EDICIONES KIWI S.L. tendrá una opción preferente sobre cualquier novela presentada a este Premio, resulte o no ganadora, que podrá ejercitar mediante presentación al concursante del correspondiente contrato dentro de los seis meses siguientes a la publicación del fallo del Premio. En caso de que el autor quiera disponer de la novela debido a otra oferta, deberá comunicarlo, teniendo EDICIONES KIWI 20 días para responder si esta interesado o no.

Decimoquinta

No se mantendrá correspondencia de ninguna clase con los autores que se presenten al Premio. Una vez fallado el Premio, los archivos de los originales no premiados se destruirán.

Decimosexta

De conformidad con la Ley Orgánica 15/1999 sobre Protección de Datos de Carácter Personal, los datos obtenidos a través de la presente convocatoria se incorporarán a un fichero responsabilidad de la empresa Ediciones Kiwi, S.L. y serán tratados de acuerdo con la normativa vigente. Los interesados podrán ejercitar los derechos de acceso, rectificación, modificación y oposición dirigiéndose a Ediciones Kiwi, S.L., en Plaza Frontó, nº2, 12570 Alcalá de Xivert (Castellón).


Espero leer vuestros trabajos pronto, un saludo y suerte.




martes, 2 de junio de 2015

Marqués de Sade

Escritor francés.

(1740/06/02 - 1814/12/02)


Marqués de Sade 
Donatien Alphonse François 

Nació el 2 de junio de 1740 en París en una familia de la antigua nobleza provenzal, vinculada a la rama menor de la casa de Borbón

Inicia su educación en el monasterio benedictino de Saint-Léger d'Ebreuil y posteriormente en el colegio Jesuita d'Harcourt de París, en donde un sacerdote y tío suyo, el abad Jacques-Franois de Sade, será su tutor. Con diez años es observador de las continuas orgías que éste celebra en su castillo de Saumane. 

Ingresó en la escuela de Caballería de la Guardia Real y participó en la guerra de los Siete Añoscon el Ejército francés. Cuando cuenta veintitrés años, abandona el ejército y contraematrimonio por conveniencia con Renée Pélagie Cordier de Launay de Montreuil, la hija de un nuevo rico, de París. Su suegra, la señora de Montreuil, será a partir de entonces su peor enemiga. 



Su esposa lo acompañó en sus frecuentes huidas de la ley, escribiéndole y visitándole frecuentemente en las diferentes cárceles en las que estuvo recluido. Su primera detención por el delito de actos de perversión sexual en una mujer, blasfemias y profanación de la imagen de Jesucristo, se produce tan sólo cuatro meses después de su boda, y es desterrado, por su condición de noble, a las tierras que tiene su familia en la Provenza

Posteriormente se convierte en cliente asiduo de los prostíbulos de Madame Brissault y de Mme. Hecquet, y de los teatros del gran París, en los cuales se provee de sucesivas amantes: la jeune Dorville; la petite Le Roy danzarina de la Academia Real de Música; y jóvenes cómicas del Teatro Italiano: Mademoiselle Colet y otras. 



En 1772, varias prostitutas lo acusan de haberlas fustigado, y sodomizado. En el juicio se le condena a muerte, y a que su cuerpo sea quemado y sus cenizas esparcidas al viento. Escapó entonces a Italia acompañado de su cuñada, Mademoiselle Anne-Prospère de Launay, abadesa de un convento. Por influencia de su suegra son apresados y encarcelados en la fortaleza de Miolans, de la que se fuga. 

En muchos de sus escritos, como Justina o los infortunios de la virtud (1791), Juliette o las prosperidades del vicio (1796), Los ciento veinte días de Sodoma (publicada póstumamente) yLa filosofía en el tocador (1795), describe con detalle sus diversas prácticas sexuales. Así, el término sadismo se emplea en psiquiatría para designar el tipo de neurosis que consiste en obtener placer sexual infligiendo dolor a otros. 



Su filosofía considera naturales tanto los actos criminales como las desviaciones sexuales. Sus obras fueron calificadas de obscenas y hasta bien entrado el siglo XX estuvo prohibida su publicación. Encarcelado en Vincennes. pasó seis años en esta prisión, después se le trasladó ala Bastilla y en 1789 al hospital psiquiátrico de Charenton. Abandonó el hospital en 1790 pero fue detenido otra vez en 1801. Rodó de prisión en prisión y en 1803 ingresó otra vez en Charenton, donde Sade murió el 2 de diciembre de 1814. Pidió ser enterrado anónimamente en el bosque para que "todos los vestigios de mi tumba desaparecieran de la faz de la tierra, así como también espero que todo vestigio de mi memoria sea borrado de la memoria del hombre." 

Durante casi dos siglos, eruditos, críticos y artistas lo consideran como un genio marginado; unprofesor emérito del Mal. Los surrealistas adoptaron a Sade como su santo patrono, al citarlo como "el ente más libre que jamás haya vivido". 




Obras seleccionadas

Cuentos, historietas y fábulas
El presidente burlado
Justine o los infortunios de la virtud
Los 120 días de Sodoma
La filosofía en el tocador
Aline et Valcour
Les Crimes de l’amour
Le Boccace français
Le Portefeuille d'un homme de lettres
Conrad
Marcel
Mes Confessions
Mon Théâtre
Réfutation de Fénelon



Bibliográfia

lunes, 1 de junio de 2015

Como evitar la voz pasiva cuando escribes

La voz pasiva es el recurso del escritor novato, es una forma de escribir medrosa y llena de miedo. Esto tampoco significa que debas eliminar por completo la voz pasiva de todos tus escritos, nada más lejos, sólo significa que debes saber usarla. Voy a intentar explicarte esto de forma sencilla.


Cuando usamos la voz activa estamos contando quién está haciendo qué de forma directa. Las frases de forma activa suelen seguir el patrón: alguien (nombre) hace algo (verbo). El que hace la acción suele ser el sujeto de ese predicado.
El chico lanzó la pelota. Rompió una lámpara y cayó en la fuente, mojando a una paloma soñolienta.
Cuando usamos la voz pasiva, el verbo necesita un recipiente, alguien o algo sobre lo que la acción es realizada, ese será el sujeto del verbo. El que realiza la acción (si es que se incluye en la frase) será un simple modificador del verbo.
La pelota fue lanzada por el chico. La lámpara fue rota por la pelota, y una paloma fue mojada al caer la pelota en la fuente.
No sé como lo veréis pero yo me quedo con la primera frase. Las personas no usamos la voz pasiva para hablar, por tanto, tú tampoco deberías usarla para escribir. La voz activa da una imagen mucho más clara de lo que está pasando realmente. Además las frases pasivas, tampoco son estructuras bonitas, en realidad sólo la parte de “La pelota fue lanzada“, parece estéticamente correcta, el resto es una pesadilla.

La voz pasiva en los personajes

Muchos escritores usan la voz pasiva para ocultar la verdadera la identidad de sus personajes. A veces, la usan para mentir o tratar de ocultar una realidad, muy a menudo se usa este recurso para quitarse las culpas de alguna situación. Por ejemplo:
A) Le he dado a tu coche.
B) Parece que tu coche ha sido golpeado.
En el segundo ejemplo podemos ver que no se admite ninguna culpa en lo ocurrido.
Esta técnica se usa, sobre todo, en escritos oficiales, los gobiernos y los abogados son maestros en el uso de la voz pasiva (sobre todo los abogados), ya que resulta perfecta para evitar responsabilidades y para proteger la reputación de las entidades. Por ejemplo:
A) Algunos protocolos de seguridad se han vuelto más flexibles en orden de maximizar la productividad.
B) El dueño de la fábrica os ha quitado los cascos de seguridad para ahorrarse dinero.
La segunda frase expresa con mayor claridad la situación. Con la voz activa obtendremos siempre una mayor claridad de expresión y un mayor entendimiento por parte de los lectores. Incluso cuando usan la voz activa, los escritos gubernamentales y oficiales, suelen referirse a entidades como “los mercados”, “la naturaleza humana” o “la economía”, que no son más que otras formas de voz pasiva.
A menos que trabajes en un libro de promoción o que te dediques a la propaganda, siempre debes escribir pensando en el lector y en lo que resulta mejor para él. Necesitas que el lector confíe en tus palabras, no importa si escribes ficción o no-ficción, tus escritos deben reflejar la verdad, simple y llanamente.
La voz activa ayuda a tu personaje a enfrentarse a la verdad, a mostrarse sincero. Hay excepciones, claro, como cuando tu personaje no acepta, no quiere aceptar o prefiere esconder la verdad. La voz pasiva está muy bien cuando quieres mostrar las limitaciones de tu narrador, pero no la uses para ser innecesariamente vago en tus descripciones.
Algunos estudios demuestra que muchas personas tienen problemas a la hora de comprender el significado de las frases en pasiva. No me sorprende, porque la voz pasiva es enrevesada y poco clara. Resulta complicado saber qué está pasando si no tienes claro quién hace qué. El escritor necesita ser claro y específico.

Actores inconscientes

Otra forma de usar la voz pasiva de forma adecuada es para describir situaciones en las que la acción se lleva a cabo por una entidad inconsciente. En el caso de: “…la paloma fue mojada por el agua…” La frase no suena mal, ya que no estamos tratando de evitar una responsabilidad, estamos asignando una acción al agua, que es algo sin conciencia, y por eso la voz pasiva sí sería una buena opción en este caso.
Aunque también sería muy interesante que tratases esas entidades como seres conscientes. No hay nada de malo en la frase: “el chorro de agua mojó a la paloma“.
En términos generales cuanta más acción incluya tu texto más sencillo te resultará captar la atención de tus lectores. Sabiendo esto, los escritores suelen usar la voz activa para referirse a objetos inanimados, de hecho las frases tipo: “el sol tostaba la cabeza del campesino“, son todo un cliché. Los lectores ya saben que el sol no intenta tostar la cabeza de nadie de forma consciente, y la frase es mucho más agradable que: “la cabeza del campesino estaba siendo tostado por el sol“.
Por otra parte, usar la voz activa en objetos inanimados, te ofrece la posibilidad de desarrollar escenas en las que profundizar en la personalidad de tus personajes, por ejemplo:
“El sol tostaba la cabeza del campesino, castigándolo por su estupidez. El hombre se secó el sudor de la frente con el sucio pañuelo, reconociendo que quedarse en aquellas tierras no fue una buena idea.”
El sol no castiga a nadie por voluntad propia, sin embargo, funciona muy bien para reflejar el estado de abatimiento de nuestro protagonista. Aquí nos muestra parte de la personalidad del campesino, que, por alguna razón, se arrepiente de haberse quedado en sus tierras.

Más acción

A parte del conflicto entre la voz activa y la voz pasiva, hay otra forma de “darle vidilla” a nuestros escritos: usar verbos de acción, en lugar de verbos copulativos.  Por ejemplo:
La sopa estaba caliente.
Esta frase está escrita en voz activa y no tiene nada de malo, sin embargo, el verbo “estar” parece pasivo porque describe el estado de la sopa, en lugar de ofrecer una acción visible.  Puedes dar más acción a tus escritos evitando (en lo posible) los verbos copulativos, siempre que puedas deberías reemplazarlos por otros verbos de acción. Por ejemplo, en el caso anterior:
La sopa burbujeaba y humeaba en la olla.
Otra forma de aligerar la acción sería reemplazar los verbos de acción, por otros más específicos. Tu héroe puede correr o, mejor todavía, puede esprintar, trotar o marchar. Cada verbo cambia ligeramente la forma en que percibiríamos la acción.

Un consejo final

Existe otro gran (y muy estúpido) fallo que cometemos todos los escritores, comenzar las frases con: “Hay”, “Había”, “Habían”…
“Había cuatro hombre de pie junto a la puerta”
Siempre que puedas cambia ese tipo de frases:
“Cuatro hombres esperaban junto a la puerta”
O, tal vez:
“Cuatro hombre merodeaban junto a la puerta”
Si te ha quedado claro felicidades, la voz pasiva es un tanto enrevesada

Si quieres saber más.
http://www.excentrya.es/evita-la-voz-pasiva/